¿Qué es la pérdida ósea dental y se puede tratar?

Perdida osea dental

La pérdida de hueso alrededor de los dientes y en la mandíbula es mucho más común de lo que cree y puede ocurrir después de la pérdida de un diente o más a menudo debido a una enfermedad periodontal o enfermedad de las encías.

Es en esta enfermedad que las bacterias presentes en la placa dental devoran gradualmente el hueso que sostiene los dientes.

La pérdida de hueso en las encías puede afectar a personas de todas las edades, incluso a aquellas con dientes perfectamente sanos. Sin embargo, es más común con la edad.

Los dientes naturales que están incrustados en la mandíbula ayudan a estimular el crecimiento óseo al masticar y morder. Cuando los dientes faltantes no se tratan, el hueso ya no recibe esta estimulación, lo que hace que el hueso se reabsorba.

Sin un diente de reemplazo o una solución dental, el 25% del hueso se pierde en el primer año de extracción del diente y continuará deteriorándose con el tiempo.

 

¿Qué causa la pérdida ósea?

Las causas más comunes de daño y pérdida de la mandíbula incluyen:

1. Extracciones de dientes

Los dientes naturales ayudan a estimular el crecimiento óseo mediante una variedad de actividades, como masticar y masticar. Cuando se extrae un diente pero no se reemplaza, esa parte de la mandíbula ya no recibe la estimulación requerida y comienza a deteriorarse y retroceder.

 

2. Enfermedad de las encías

Las infecciones graves de las encías, como la gingivitis o la periodontitis, dañan los tejidos blandos y destruyen la estructura ósea que sostiene los dientes.

La placa dental es la forma más común de caries dentales y la principal causa de gingivitis. La placa se puede prevenir fácilmente con el cepillado diario y el uso de hilo dental, pero si no se controla, puede endurecerse y convertirse en una sustancia áspera y porosa conocida como sarro dental. Esto puede ocurrir por encima y por debajo de la línea de las encías y puede irritar las encías, haciéndolas inflamadas, rojas, hinchadas y sangrando con facilidad.

Si la gingivitis no se trata, puede progresar a una enfermedad de las encías más grave, incluida la periodontitis, donde el tejido de las encías y el hueso de soporte que mantienen los dientes en su lugar comienzan a deteriorarse. La pérdida progresiva de hueso puede provocar el aflojamiento y la consiguiente pérdida de los dientes vecinos.

 

3. Dentaduras postizas removibles

Las dentaduras postizas removibles que se colocan por encima de la línea de las encías pueden no proporcionar necesariamente una estimulación directa a la mandíbula subyacente y dependen de la estructura ósea existente para mantenerse firmemente en su lugar.

Con el tiempo, esta falta de estimulación puede provocar la reabsorción y el deterioro de los huesos, lo que dificulta que los usuarios coman y hablen correctamente y de ahí proviene el término dentaduras postizas sueltas. Si no se trata, la pérdida ósea puede volverse tan grave que las dentaduras postizas ya no se pueden mantener en su lugar, incluso con el uso de adhesivos más fuertes, y es posible que sea necesario hacer un nuevo juego.

 

4. Trauma

Si un diente está roto o dañado y ya no puede proporcionar la estimulación recibida al morder o masticar, puede ocurrir la pérdida de la mandíbula. Las formas comunes de trauma suelen ser el resultado de una lesión relacionada con el deporte, incluidas fracturas de mandíbula, dientes rotos, agrietados o astillados.

 

5. Desalineación de los dientes

La pérdida ósea puede resultar de la desalineación cuando los dientes ya no proporcionan estimulación directa debido a la falta de estructura dental opuesta. Otros problemas de desalineación, como el cajero automático, la erupción de las muelas del juicio o diente impactado, la falta de tratamiento y el desgaste normal, también pueden resultar en la incapacidad para realizar actividades naturales como masticar y morder.

Con el tiempo, la pérdida de masa ósea puede ocurrir debido a la falta de estimulación directa.

 

Tratamientos para la pérdida ósea

La pérdida ósea puede ocurrir por varias razones, solo su odontologo podrá brindarle la causa exacta y el tipo de solución dental necesaria para evitar una mayor pérdida.

Dicho esto, una buena higiene y cuidado bucal mejora en gran medida sus posibilidades de éxito en el tratamiento, incluido el cepillado dos veces al día, el uso de hilo dental con la técnica adecuada al menos una vez al día y una visita regular a su odontologo para una limpieza dental.

En casos graves de pérdida ósea, puede ser necesario un injerto de hueso dental para reemplazar el hueso faltante y promover el crecimiento de hueso nuevo allí, abriendo la puerta a otros tratamientos dentales, incluidos los implantes dentales.

 

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